Primera División de Uruguay

Era jugador de Nacional y sus propios compañeros le hicieron una inédita broma

El ex jugador del Tricolor luego se convirtió en entrenador del equipo y de forma exitosa.

Por Dante Sosa

Munúa sería la víctima favorita de uno de los jugadores de Nacional en 2004
Munúa sería la víctima favorita de uno de los jugadores de Nacional en 2004
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Sería hace unos 20 años, en un lejano 2004 cuando en el plantel de Nacional reinaba la armonía y la mayoría de los jugadores se llevaban bastante bien y pasaban bastante tiempo compartiendo algunos mates, pero por otro lado, habían unos que eran insoportables y no esperaban la hora de poder hacer alguna broma a alguno de sus compañeros de plantilla.

Así lo recordaría en aquella oportunidad Maureen Franco, que en aquel entonces era un juvenil de 19 años en el camarín Tricolor donde se cambiaba solo contra una esquina, muy cerca de una estufa que allí había. El jugador pasaba desapercibido, aunque había otros como el ex portero Gustavo Munúa quien sería la gran víctima de Lucho Romero.

El lucho era insoportable. Estaba la estufa vieja en el vestuario y entraba todos los días con una bolsita y tiraba los desodorantes para adentro. Te estabas cambiando y te quemabas todos los pelos de la canilla”, revelaría Franco al programa Doping Positivo el cual se emite en vivo por YouTube.

En ese Nacional se iban al carajo con las jodas”, expresaría el entonces jugador del Bolso y daría a conocer uno de los episodios donde Munúa sería quien sufrió de una broma tras estacionar su camioneta en Los Céspedes. “Tenía una BMW blanca, techo descapotable. Una tarde le agarran la camioneta, le sacan las cuatro cubiertas y las ponen en cada córner. Te dormías la siesta y eras boleta. Yo no porque iba en el ómnibus”.

Soportaba

Además, Maureen Franco diría que el portero soportaba estos episodios de forma callada y continúo la historia diciendo: “Fue, levantó las cuatro cubiertas y al otro día cayó en el BMW y dejó el vidrio abierto. Nosotros teníamos un tacho azul grandote, donde tirábamos la yerba, la cáscara de banana y toda la fruta... Vinieron, le levantaron el tacho, se lo tiraron adentro y cuando abrió el auto.... ¡Pah!”, admitió y aclaró que luego de se hacían estas bromas, ‘se aguantaban’.


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